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18 mayo 2007

Estación impotencia

Huracán no pudo quebrar en ninguno de los dos tiempos el férreo sistema defensivo de un especulador Ferro que, para celebrar el cero a cero, apeló a perder el tiempo y a las infracciones sistemáticas. Un tipo de planteo que, como todos los demás, es irreprochable. La bronca debe ser con nosotros mismos: porque no supimos, ni con un penal a cuestas, quebrar el cero.


Fuente
Semanario Quemero





Se dejo todo, pero no se pudo y por eso hay que volver a los “cálculos matemáticos”. De todas maneras la fe sigue intacta, porque falta poco y porque los jugadores demostraron una entrega total. Leo Díaz contuvo un penal, y junto a Hugo Barrientos fueron las figuras quemeras.


Poco que decir para este partido: realmente poco. Sobre todo porque la dinámica fue similar en ambos tiempos, así como el juego que cada equipo asumió.

Ferro, condenado a jugar la promoción y batiendo marcas increíbles en cuanto a sequía goleadora, salía al campo de juego de su estadio a buscar el punto. Y eso se notó de entrada: los de Brown se plantaron bien atrás, y nunca sumaron más de tres hombres de ataque en una acción ofensiva. En tanto que desarrollaron como arma de ataque solamente los pelotazos frontales.

Esto, hay que decirlo, porque ni una vez pudo Ferro agarrar mal parado de contra a Huracán: Cellay y Goltz mostraron una gran seguridad, y Úbeda una notable autoridad. En tanto que si alguno perdía la pelota allí estaba Barrientos, lo mejor del equipo, con una entrega física impresionante, desde el primer hasta el último minuto. Era asombroso ver a este jugador recuperarse y levantarse dos o tres veces dentro de la misma jugada.

Así las cosas, un Ferro frustrado de toda asociación de juego ofensiva se refugió decididamente atrás y empezó a valorar la posibilidad de quitarle un punto al grande de la categoría. Huracán, del otro lado, se mostró claramente impotente a lo largo de toda la primera etapa: subidas muy anunciadas de Solana, una participación demasiado intermitente de Coyette y un Poggi punzante, pero demasiado aislado del resto de sus compañeros.

Solo si el zurdo lograba juntarse con Coyette el equipo se mostraba capaz de generar algo diferente, pero lo hicieron tan solo una o dos veces en todo el PT: muy seguros atrás arriesgamos demasiado poco en los pies de los mediocampistas.

Por ende Huracán tenía la pelota y el terreno, pero carecía de actitud, y sobre todo de profundidad. Ferro, como decíamos, concentraba energías en mantener el cero, mientras que solo se acercaba al arco de Leo Díaz a través de remates demasiado lejanos: ni siquiera la contra podía ejercer el equipo de Caballito, en tanto Vigna cortaba rápido o bien Kmet y Akerman recuperaban la pelota demasiado lejos del arco “quemero” como para ensayar una acción sorpresiva.

En medio de estas tendencias, el PT fue pobre. Con contadísimas llegas por cada bando y con una situación de “medir al rival” que se extendió demasiado, ¡incluso 45 minutos!

A Ferro le convenía el paso del tiempo, porque al fin y al cabo eso salió a buscar, en tanto que Huracán, sobre todo su gente, esperaba el inicio de un ST que traería a Milano en cancha, reemplazando a Goltz, algo golpeado. El equipo se paró con Vigna atrás, y con Mauro y Coyette como los encargados de crear.

Pero Ferro ya estaba demasiado atrás, y Huracán no tuvo ideas claras para arribar al arco rival. Milano no encontró espacios para ensayar sus clásicas escaladas, aunque sí fue positivo desequilibrando por derecha.

El ST, aún bastante parecido al primero en cuanto a la falta de claridad, sacudió a los hinchas entregando picos de emoción. Símbolo de esto, tal vez, los penales que taparon cada uno de los arqueros antes de que pasaran los cinco minutos de juego. Pero era una ilusión, después de eso el partido decayó notablemente y era más el entusiasmo de las parcialidades que lo que entregaban en cancha los jugadores.

Huracán hizo todo lo que pudo (realmente todo lo que permitió el deplorable estado del campo de juego): desde el banco Mohamed puso a Milano, Guerra y Gordillo, y fue sustrayendo hombres encargados de la recuperación. El medio pasó a ser un lugar de tránsito, pero el equipo no supo tocar en conjunto, sino que solamente se volvió muy predecible vía pelotazos frontales: el juego que más le convenía a Ferro. Además de cometer un sinfín de faltas sin sentido en el medio que se volvían posibilidades de peligro para el rival.

En el debe queda la entrega y el sacrificio (capturando rebotes, trabando a morir) simbolizados en Barrientos; en tanto que en el haber se asienta la falta de juego y (como se sufrió esto) la falta de inteligencia para ejecutar las pelotas paradas y también para recibir aquellas que si llegaban bien.

Queda para el mundo de lo “incomprobable” saber si no le hubiera convenido a Huracán aprovecharse de una defensa rival tan infantil e inexperimentada que abusaba de las faltas tontas (con todo el respeto por los jugadores de Ferro, que ojalá logren quedarse en la BN), jugando la pelota para que la aguantaran Larrivey y Guerra, y así conseguir algún penal que abriera el partido.

Lo que sabemos es lo que pasó: se dejó todo en cuanto a sacrificio, pero fuimos un mar de impotencia arriba, y ahora, casi despedidos del campeonato, tenemos que volver a agarrar la calculadora: no queda otra que esperar derrotas o empates por parte de Tigre y San Martín pensando en la tabla general, y por qué no también soñar con que Olimpo y Rafela puedan perder puntos para mantener una mínima ilusión en el Clausura. Lo seguro es que, para lograr acceso a la tan ansiada final, Huracán deberá sumar ahora los seis puntos restantes.

Paradojas del destino, pareciera que los partidos más abiertos, en los que el rival propone y nos quiere ganar, son los que mejor le sientan al equipo y esta es la esperanza que debemos mantener hacia los dos últimos partidos del certamen.

Si bien tenemos que pasar por un fin de semana “con calculadora” en mano, la fe sigue intacta. Ya lo dijimos y vale reiterarlo, casi como un rezo al que nos aferramos en las difíciles: es tarde para reproches, el camino sigue abierto y solo sirve alentar hasta el final: ahora es la hora.

Síntesis
FERRO 0 - HURACAN 0

FERRO CARRIL OESTE: Alejandro Migliardi; Pablo Saucedo, Iván Macalik, Santiago Rodríguez y Roberto Rodríguez Pagano; Gastón Magnetti, Luis Catalán, Julián Kmet y Diego Tonetto; Matías Díaz y Damián Akerman. DT: José Luis Brown.

HURACAN: Leonardo Díaz; Christian Cellay, Paolo Gotz y Claudio Ubeda; Gerardo Solana, Hernán Vigna, Hugo Barrientos y Federico Poggi; Walter Coyette; Yucuse Kato y Joaquín Larrivey. DT: Antonio Mohamed.

Cambios: ST: Al inicio, Mauro Milano por Paolo Gotz (H), 17´ Claudio Guerra por Yucuse Kato (H), 21´ Fabricio Simone por Damián Akerman (F) y Lucas Caña por Matías Díaz (F) y 41´ Raúl Gordillo por Walter Coyette (H).

Amonestados: En Ferro: Macalik, Rodríguez, Kmet, Catalán, Tonetto y Simone. En Huracán: Leonardo Díaz y Barrientos.

Incidencias: ST: 4´ Leonardo Díaz le atajó un penal a Damián Akerman (F) y 6´ Alejandro Migliardi le atajó un penal a Christian Cellay (H).

Estadio: Ferro Carril Oeste (muy mal estado).

Arbitro: Ariel González (bien).

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Ahora sí, estamos todos
Hubo invasión quemera en la noche fría de Caballito. Unos 12.000 hinchas del Globo invadimos los viejos tablones de la tribuna visitante y parte de la platea del estadio de Ferro para alentar al equipo del Turco Mohamed.
Hacía tiempo que la parcialidad de Huracán no agotaba las entradas como sucedió anoche. Mucha gente debió recurrir a comprar sus tickets en las ventanillas de Ferro para no quedarse afuera.
Ojalá que la próxima semana cuando nos toque recibir a Chacarita en el Tomás Adolfo Ducó podamos ser muchos más los que nos acerquemos a apoyar incondicionalmente a darle el respaldo al equipo en la búsqueda por lograr el objetivo tan ansiado de llegar a primera división. Estamos nuevamente por el camino correcto. Felicitaciones a todos.

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Se perdieron el premio
El plantel del Globo se lamentó tanto o más que todos los hinchas juntos el no haber conseguido el triunfo contra el débil Ferro del Tata Brown.
Es que la dirigencia puso en práctica el pago de premios por partido ganado como para que los jugadores tengan un incentivo extra.
Según palabras del propio Carlos Babington en la conferencia de prensa que brindara el último jueves, el plantel ya percibió un premio de $ 10.000 por haberle ganado a Ben Hur. Y desde el partido con Ferro la apuesta se había duplicado, ya que por cada triunfo que obtenga el equipo en lo que queda de torneo la dirigencia decidió que desembolsará $ 20.000, aunque de ahora en más estos premios se contabilizarán como pagos a cuenta del premio acordado con el plantel por la obtención del ascenso a primera, que fue fijado en un millón de pesos.

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Dos que cumplieron
Para el partido frente a Chacarita Juniors, que en principio se jugaría el sábado 26 de Mayo a las 15.30 h y sin televisación, el Turco Mohamed podrá contar con Cristian Díaz y Cristian Sánchez Prette, quienes ya cumplieron con la fecha de suspensión por acumulación de amonestaciones.
En tanto que quienes acumulan cuatro amarillas y están al límite de la suspensión son: Hernán Vigna y Juan Manuel Sosa.

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