En su estreno oficial como técnico, el Sifón dirigió un equipo que hizo todo para perder. "Me voy muy dolido y no hay excusas", reconoció.
Fuente:
SEBASTIAN RUIZ ARANDA
Coqueto saco gris, camisa blanca, jeans, zapatos. Informal. Así fue la vestimenta que eligió Claudio Ubeda para su estreno oficial como técnico. Igual que la de Héctor Cúper en el 93.
Otro de los que pasó inmediatamente de jugador a entrenador. Aquella vez, había sido duramente vapuleado en el inicio, ante Lanús. Sí, coincidencia pura, ayer el Sifón también perdió. Vivió el partido a medias tintas, sin intensidad full time. Como su equipo. Desanimados, sin alma, los jugadores del Globo no pudieron captar la onda positiva que genera cualquier debut de entrenador. El DT no logró transmitirles todo su entusiasmo inicial. Y lo pagó caro. Un cachetazo duro. Directo. Al fleje. "Me voy muy dolido", fue una de las primeras frases que esbozó Ubeda apenas salió a enfrentar a los micrófonos. Estaba triste.
Tardó un buen rato en salir del vestuario, quizás fruto de su amargura por irse con las manos vacías (en puntos y en rendimiento) en su presentación. "Perdimos por dos errores nuestros", reconoció. Claro, el primer gol de Arsenal llegó por una mezlca de desconcentración y lentitud de Goltz y Maciel, y en el segundo, Calderón se lo comió a Arano. "Arsenal se ordenó bien, con dos líneas de cuatro, y fue muy difícil entrarle. Es un equipo duro, que sabe lo que quiere y tiene jugadores con experiencia", explicó Ubeda y trató de encontrarle una arista positiva a su equipo: "Manejamos la pelota, tuvimos mucha posesión, pero nos faltó profundidad". Y entre lamentos porque si "Mendoza la metía podría haber cambiado el trámite del partido", pues se fue bastante triste, pero esperanzado: "Conozco al grupo y estoy seguro de que puede dar más".
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SEBASTIAN RUIZ ARANDA
Coqueto saco gris, camisa blanca, jeans, zapatos. Informal. Así fue la vestimenta que eligió Claudio Ubeda para su estreno oficial como técnico. Igual que la de Héctor Cúper en el 93.
Otro de los que pasó inmediatamente de jugador a entrenador. Aquella vez, había sido duramente vapuleado en el inicio, ante Lanús. Sí, coincidencia pura, ayer el Sifón también perdió. Vivió el partido a medias tintas, sin intensidad full time. Como su equipo. Desanimados, sin alma, los jugadores del Globo no pudieron captar la onda positiva que genera cualquier debut de entrenador. El DT no logró transmitirles todo su entusiasmo inicial. Y lo pagó caro. Un cachetazo duro. Directo. Al fleje. "Me voy muy dolido", fue una de las primeras frases que esbozó Ubeda apenas salió a enfrentar a los micrófonos. Estaba triste.
Tardó un buen rato en salir del vestuario, quizás fruto de su amargura por irse con las manos vacías (en puntos y en rendimiento) en su presentación. "Perdimos por dos errores nuestros", reconoció. Claro, el primer gol de Arsenal llegó por una mezlca de desconcentración y lentitud de Goltz y Maciel, y en el segundo, Calderón se lo comió a Arano. "Arsenal se ordenó bien, con dos líneas de cuatro, y fue muy difícil entrarle. Es un equipo duro, que sabe lo que quiere y tiene jugadores con experiencia", explicó Ubeda y trató de encontrarle una arista positiva a su equipo: "Manejamos la pelota, tuvimos mucha posesión, pero nos faltó profundidad". Y entre lamentos porque si "Mendoza la metía podría haber cambiado el trámite del partido", pues se fue bastante triste, pero esperanzado: "Conozco al grupo y estoy seguro de que puede dar más".
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