Estos son algunos de los secretos del Globo (del Turco).
Olé
Hay recuerdos que no voy a olvidar...". Fito Páez lo expresó bien, y los jugadores también. Quedarán, y se potenciarán con las presiones que acarrea la Primera División, los momentos infaltables de las prácticas. Claro, la rutina pre-práctica rara vez es interrumpida. Primero, el "loco" para calentar, que tiene como fin siempre darle una mini paliza a profe Claudio Kenny cuando viene a pararlo. Después, el trotecito a paso liviano entre Cristian Díaz y Ubeda juntitos, a los cuales se les une Leo Díaz desde atrás. Claro, es ahí donde el Turco (siempre puntual, es el último en salir a la cancha) hace su entrada triunfal. Y en los últimos tiempos, con la nostalgia de calzarse los cortos, se le dio por descolgar un ratito los botines y participar para tirar centros. Luego, un ratito en la pileta, relajación y a casa.
Pero ojo, no todo el ambiente se vive en el campo de juego. Es que los pasillos del Ducó se convirtieron, hace algo más de dos meses, en la casa de los jugadores del Globo, en la previa de los partidos. Con el adiós a las previas en Los Dos Chinos, ahora los torneos de PlayStation se organizan en las habitaciones del estadio. "En invierno, en el fondo, antes de que pusieran las estufas tenías que acurrucarte a veces del frío que hacía. Nos reuníamos en el cuarto de Barrientos para tomar mate", confiesa entre sonrisas Cristian Díaz, compañero de habitación del capitán Ubeda. En otra pieza, Kato aprende algo de castellano bajo las enseñanzas del Polito Quinteros. Y así, el murmullo se hace sentir hasta el día del partido.
Olé
Hay recuerdos que no voy a olvidar...". Fito Páez lo expresó bien, y los jugadores también. Quedarán, y se potenciarán con las presiones que acarrea la Primera División, los momentos infaltables de las prácticas. Claro, la rutina pre-práctica rara vez es interrumpida. Primero, el "loco" para calentar, que tiene como fin siempre darle una mini paliza a profe Claudio Kenny cuando viene a pararlo. Después, el trotecito a paso liviano entre Cristian Díaz y Ubeda juntitos, a los cuales se les une Leo Díaz desde atrás. Claro, es ahí donde el Turco (siempre puntual, es el último en salir a la cancha) hace su entrada triunfal. Y en los últimos tiempos, con la nostalgia de calzarse los cortos, se le dio por descolgar un ratito los botines y participar para tirar centros. Luego, un ratito en la pileta, relajación y a casa.
Pero ojo, no todo el ambiente se vive en el campo de juego. Es que los pasillos del Ducó se convirtieron, hace algo más de dos meses, en la casa de los jugadores del Globo, en la previa de los partidos. Con el adiós a las previas en Los Dos Chinos, ahora los torneos de PlayStation se organizan en las habitaciones del estadio. "En invierno, en el fondo, antes de que pusieran las estufas tenías que acurrucarte a veces del frío que hacía. Nos reuníamos en el cuarto de Barrientos para tomar mate", confiesa entre sonrisas Cristian Díaz, compañero de habitación del capitán Ubeda. En otra pieza, Kato aprende algo de castellano bajo las enseñanzas del Polito Quinteros. Y así, el murmullo se hace sentir hasta el día del partido.
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