Olé
ANTONIO SERPA
El regreso de Huracán a la máxima categoría fue uno de los acontecimientos más celebrados del año. No, no hubo caravanas multitudinarias ni nada de eso. Se sabe que la hinchada del Globo entra toda en un par de taxis, acorde con la pequeñez que ocupa el club en el mapa futbolístico argentino. La alegría es de los demás, que se aseguran seis puntos por año. Sobre todo si siguen engalanando el plantel tipos como Christian Díaz (¿quién fue el mago que lo vendió a Italia?) o Ubeda. El Sifón suma millones de derrotas, y pertenece a la ilustre galería de perdedores vernáculos que (no es casualidad) vistieron las casacas de Racing y Huracán. Otro de esa calaña es Quiroz (destacado también en el rubro Traiciones & afines), pero lo suyo es mucho peor: ¡perdió la ida con Huracán!
De todos modos, hay que reconocer que la gesta del Globo es mayor que la fantochada de Boca: aunque fronterizo, Godoy Cruz al menos es argentino. No como Libertad, Cúcuta, Cienciano o Bolívar, que acá no serían dirigidos ni siquiera por un J.J. López. A fin de año, cuando pasen papelones con el Milan, se verá que no le ganaron a nadie. Igual, hay muestras que descalifican la seriedad del torneo: 1) el DT campeón es Russo; 2) Riquelme fue figura; 3) el arquero de Gremio es Saja, que no sabe ni cómo se escribe Libertadores.
El regreso de Huracán a la máxima categoría fue uno de los acontecimientos más celebrados del año. No, no hubo caravanas multitudinarias ni nada de eso. Se sabe que la hinchada del Globo entra toda en un par de taxis, acorde con la pequeñez que ocupa el club en el mapa futbolístico argentino. La alegría es de los demás, que se aseguran seis puntos por año. Sobre todo si siguen engalanando el plantel tipos como Christian Díaz (¿quién fue el mago que lo vendió a Italia?) o Ubeda. El Sifón suma millones de derrotas, y pertenece a la ilustre galería de perdedores vernáculos que (no es casualidad) vistieron las casacas de Racing y Huracán. Otro de esa calaña es Quiroz (destacado también en el rubro Traiciones & afines), pero lo suyo es mucho peor: ¡perdió la ida con Huracán!
De todos modos, hay que reconocer que la gesta del Globo es mayor que la fantochada de Boca: aunque fronterizo, Godoy Cruz al menos es argentino. No como Libertad, Cúcuta, Cienciano o Bolívar, que acá no serían dirigidos ni siquiera por un J.J. López. A fin de año, cuando pasen papelones con el Milan, se verá que no le ganaron a nadie. Igual, hay muestras que descalifican la seriedad del torneo: 1) el DT campeón es Russo; 2) Riquelme fue figura; 3) el arquero de Gremio es Saja, que no sabe ni cómo se escribe Libertadores.
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