Tranqui, no es un sueño

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Por primera vez, Milano marcó un hat-trick. "Por suerte se me dio", dijo. Y se llevó la 15 de recuerdo.


El niño mimado de la tarde, sin lugar a dudas, fue Mauro Milano, quien convirtió por primera vez una tripleta. El joven, proveniente de las Inferiores de Huracán, tuvo su partido soñado: llegó desde el banco en el inicio de la segunda parte para ponerse a su equipo al hombro y, ante un rival al que no le encontraban la vuelta, quebrar el cero. El primero de sus tantos fue un remate fuerte y cruzado, tras la habilitación del japonés Kato. "Por suerte pude convertir. Y se me dio tres veces, je. El primero fue el más difícil de todos, porque significaba abrir el marcador en un partido que estaba muy cerrado", reconoció. Respecto de la superioridad de Huracán y su falta de peso ofensivo en la primera parte, Milano explicó: "Jugamos muy bien, pero sólo faltó que la pelota entrara en el primer tiempo".

El delantero siguió haciendo de las suyas a base de gambetas y desbordes. El segundo grito llegó a través de un tiro libre ejecutado como marcan los libros. Y no se quedó ahí: siguió buscando estirar la diferencia y a los 26 del complemento marcó el mejor: gambeteando a pura velocidad y definiendo ya con el arquero vencido. Ovación y reconocimiento de toda la cancha para el hombre que se llevó la camiseta número 15 a su casa. Y, aunque esta actuación no la olvidará, dejó un mensaje: "Todos queremos ser titulares, pero trabajamos en grupo. Por suerte pude aportar lo mío para ganar".