Larrivey le hizo dos a Almagro, y Huracán dio muestras de que está para pelear.
Fuente:
PABLO PISANI
Se le pedían señales de posicionamiento a este Huracán candidato indeciso, como en estas épocas preelectorales. Y en el instinto goleador de Joaquín Larrivey hizo nido la necesidad de volver a poner de pie a un equipo que había dejado grandes dudas ante San Martín (SJ), mientras Defensa y Justicia toma vuelo ante la mirada extrañada de propios y ajenos. Dos goles del Bati fueron más que un botón de muestra para ratificar que el Globo está en carrera. Hoy Almagro no es medida, pero el 2-0 sirve para tomar envión en la pelea.
En la gran lavada de cara que metió el Turco fue clave el reacomodamiento del medio. Gordillo no va de 5 recuperador, Barrientos sí. Entonces, Sánchez Prette puede jugar en esa posición penetrante, unos metros más cerca del arco de enfrente. Entonces el fondo no se ve tan atorado en el mano a mano, porque los volante de la contra no llegan libres. Y a partir de eso el equipo gana en seguridad para no dejar de hacer lo que ya es naturaleza sangre: ensanchar la cancha, ir al frente, jugar en el campo enemigo. Con ese pensamiento podría haber metido cuatro goles en la PT, aunque chocó con malas definiciones y con las manos del seguro Tauber.
Al margen de las virtudes que ayer tuvo Huracán, este Almagro está en terapia intensiva. Y no sólo por la ubicación en la tabla de los promedios. Le faltan técnica, individualidades que quemen, juego asociado, picardía, todo... El 4-4-1-1 que usó Bianco en el arranque fue conservador y con el correr del reloj se vio que no hay carrileros para sumar en ataque: Martínez quedó solo y Sparapani, ni fu ni fa, más allá de que a los 46'' de PT Mariano tuvo una para el 1-1.
El Globo sacó el pie del acelerador en el ST y se vio atosigado en algunos pasajes, pero light lo de Almagro. Ante la necesidad de sumar, Bianco probó con tres en el fondo y otro punta, pero desnudó falencias defensivas de jugadores que no están físicamente para soportar tamaño desgaste. Mohamed, a pesar de su idea ofensiva, trató de cerrar el partido con cuatro defensores. Su equipo tomó seguridad y, plantado de contra, lo remató con una corrida de Larrivey tras una pelota perdida por la glotona pierna de Fuentes. De esta manera amplió la ventaja y tuvo chances para que el 2-0 fuera duplicado.
Huracán salió caminando del mismo estadio que Almagro dejó de rodillas. Y la felicidad de Mohamed fue el contraste del sentimiento del debutante Bianco, el primer sorprendido por lo mal que jugó su equipo.
Fuente:
PABLO PISANI
Se le pedían señales de posicionamiento a este Huracán candidato indeciso, como en estas épocas preelectorales. Y en el instinto goleador de Joaquín Larrivey hizo nido la necesidad de volver a poner de pie a un equipo que había dejado grandes dudas ante San Martín (SJ), mientras Defensa y Justicia toma vuelo ante la mirada extrañada de propios y ajenos. Dos goles del Bati fueron más que un botón de muestra para ratificar que el Globo está en carrera. Hoy Almagro no es medida, pero el 2-0 sirve para tomar envión en la pelea.
En la gran lavada de cara que metió el Turco fue clave el reacomodamiento del medio. Gordillo no va de 5 recuperador, Barrientos sí. Entonces, Sánchez Prette puede jugar en esa posición penetrante, unos metros más cerca del arco de enfrente. Entonces el fondo no se ve tan atorado en el mano a mano, porque los volante de la contra no llegan libres. Y a partir de eso el equipo gana en seguridad para no dejar de hacer lo que ya es naturaleza sangre: ensanchar la cancha, ir al frente, jugar en el campo enemigo. Con ese pensamiento podría haber metido cuatro goles en la PT, aunque chocó con malas definiciones y con las manos del seguro Tauber.
Al margen de las virtudes que ayer tuvo Huracán, este Almagro está en terapia intensiva. Y no sólo por la ubicación en la tabla de los promedios. Le faltan técnica, individualidades que quemen, juego asociado, picardía, todo... El 4-4-1-1 que usó Bianco en el arranque fue conservador y con el correr del reloj se vio que no hay carrileros para sumar en ataque: Martínez quedó solo y Sparapani, ni fu ni fa, más allá de que a los 46'' de PT Mariano tuvo una para el 1-1.
El Globo sacó el pie del acelerador en el ST y se vio atosigado en algunos pasajes, pero light lo de Almagro. Ante la necesidad de sumar, Bianco probó con tres en el fondo y otro punta, pero desnudó falencias defensivas de jugadores que no están físicamente para soportar tamaño desgaste. Mohamed, a pesar de su idea ofensiva, trató de cerrar el partido con cuatro defensores. Su equipo tomó seguridad y, plantado de contra, lo remató con una corrida de Larrivey tras una pelota perdida por la glotona pierna de Fuentes. De esta manera amplió la ventaja y tuvo chances para que el 2-0 fuera duplicado.
Huracán salió caminando del mismo estadio que Almagro dejó de rodillas. Y la felicidad de Mohamed fue el contraste del sentimiento del debutante Bianco, el primer sorprendido por lo mal que jugó su equipo.
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