RICARDO SAPIA
Miremos el vaso medio lleno. Coyette nos ilusionó dos veces en la tarde, primero para que el triunfo nos infle el corazón y después para devolvernos el alma al cuerpo y dejarnos un poco mejor parados para la revancha en casa. ¡Qué querés que te diga! Partido ganado de cara al entretiempo a pesar de las lesiones de Milano y Llamos, que obligaron hacer dos cambios en poco más de media hora de juego (pensar en una tarde tranqui con el Globo es casi imposible, si no nos mea un elefante, nos mean dos). Y una siestita de cinco minutos con terribles fallas defensivas y tres goles adentro para sufrir un revés inesperado. Hay cosas que corregir y tiene que ser ahora o nunca. El resultado de la ecuación es ganar o ganar. Depende de nosotros y del apoyo de nuestra gente. Sin insultos. Con la garganta roja y el torso desnudo, aunque llueva. Jugadores sépanlo, ustedes pueden hacerlo. Por favor, no aflojen en ésta.
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