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13 noviembre 2007

Demasiados chicos para un grande

En un partido de ida y vuelta, friccionado y luchado en todo momento, y con varias situaciones de peligro para cada bando, Huracán le ganó a River por dos a uno, haciendo las veces de local en La Paternal.

Fuente
Semanario Quemero

Autentica prueba de carácter (nunca es sencillo tener que salir a ganarle a River, aún con un equipo “suplente”), el triunfo sirvió para cortar la racha adversa en los clásicos pero, por sobre todas las cosas, para dejarnos a solo dos puntos del objetivo primordial: los famosos veinticinco. El cordobés Cristian Sánchez Prette convirtió los dos tantos del Globo. El "Mumo" Sixto Peralta había abierto el marcador para la visita.





En la previa, la reedición tras cuatro años del clásico con River ya ofrecía un marco interesante para el choque: la obligación de Huracán de tener que ir a buscar los tres puntos ante un equipo compuesto en su mayoría por suplentes y juveniles. Esa presión se constituía como el primer escollo: el de tener que ganar no solo por los puntos, sino también para dejar en alto la moral del equipo, así como el buen vinculo entre jugadores e hinchas, potenciado por la igualdad cosechada ante San Lorenzo.

Del otro lado un equipo que dio por cerradas sus aspiraciones en el Apertura, pero que, compuesto por varios jugadores con ganas de mostrarse, entendió mejor el arranque del partido: se paró más adelante que El Globo, comenzó a presionar en la salida y, fundamentalmente, a sacar ventajas de un terreno mojado donde Abelairas y Valencia, por citar dos casos, aprovechaban su velocidad para complicar a una defensa desacoplada.

Por el lado de Huracán, poco juego asociado por abajo, y muchos centros bien ejecutados por Sánchez Prette pero que no terminaban de ser aprovechados por sus compañeros. En este plan, el más peligroso era, en todas las jugadas, Paolo Goltz. En cuanto a Franzoia y Poggi, ambos se mostraban y pedían la pelota constantemente, pero les costaba hacer pie y encontrar los espacios en un terreno tan reducido, en consecuencia el esquema se volvía demasiado rígido, y por ende previsible: ambos caían constantemente en fuera de juego.

En ese enfrentamiento (el juego a espaldas de los defensores por parte de River y los centros de Huracán), fueron los de Passarella quienes obtuvieron mejor resultado en el inicio: pasados los veinte minutos, el volante Ríos metió una pelota cruzada que tomo mal parada a la defensa de Huracán (¡otra vez!), y que Sixto Peralta se encargó de picar en gran forma, por sobre el cuerpo de Barovero para poner en ventaja al visitante. Tras el gol, el conjunto de Passarella ofreció sus mejores diez minutos, pero no pudo liquidarlo, a pesar de que Huracán (que tenía la pelota pero no era nada vertical) hacia agua a la hora de marcar en línea. De nuevo, fue clave lo del arquero “quemero”, para tranquilizar a sus compañeros a la hora de sobrellevar el sofocón.


Pasado el cimbronazo, y de cara al final del Primer Tiempo, el equipo de Ardiles comenzó a presionar más arriba, llenando el área de Ojeda de centros, y preanunciando, en un gran desborde de Poggi que Mendoza casi convierte en el empate, la levantada que se vendría tras el descanso.



Ya de movida, el Técnico de Huracán se propuso un golpe de efecto radical: sacó de la cancha a Gómez (demasiado contenido en ataque y con poca marca en defensa), e incluyo a Barijho, que esta vez aportaría no solo desde lo anímico, sino también desde lo estrictamente futbolístico. Porque si bien Huracán debió soportar el embate inicial de River (que aprovechaba a través de Peralta y Valencia la ausencia de un número tres “natural”), fue Barijho el que entregó la primera clara del ST (una media vuelta). Pero además, el delantero aportó desde otro costado, ensuciando a una defensa que comenzó a desajustarse (Lusenhoff se preocupaba más en “El mono” que en ordenar a los juveniles) y que, en consecuencia, empezó a perder rigidez, habilitando espacios para las subidas de Sánchez Prette y Franzoia, que, casualidad o no, había quedado reiteradas veces en fuera de juego antes del ingreso de Barijho.

Con esos alicientes, Huracán llegó al empate justo cuando lo necesitaba, antes de merecerlo del todo y de que el ST se armara. El gol: un cabezazo certero de Sánchez Prette, tras una arremetida por derecha y gran centro de Franzoia. A partir de ese momento, Huracán sentó cabeza definitivamente, entendió que debía ganar el partido, y empezó a sumar meritos. En ese lapso, fue clave Barrientos, para tomar el medio con firmeza, y cortar un poco la dinámica de un partido que cuando se hacía de ida y vuelta (sin juego en el medio) complicaba las aspiraciones del equipo, que no era más que su rival en el juego, pero que empezaba a hacer pesar su experiencia y a adueñarse del partido.

El segundo gol ya se sentía en las tribunas, y no tardó en caer: a los veintidós minutos, Barijho tomó un rechazo en falso de la defensa “Millonaria”, y colocó un centro al área, que Mendoza evitó contactar (a sabiendas de que estaba adelantado), pero que Sánchez Prette se encargó de capturar con toda la fuerza que reclamaba el remate. Dos a uno, Huracán se ponía arriba, y era más que justo.

Tras el gol, River no tuvo reacción. Passarella intentó mover las piezas arriba colocando a Rosales y Zárate, pero los centros se diluían sistemáticamente en la seguridad de Barovero. En el medio a Barrientos le sobraba entrega para dominar las acciones, en tanto que, arriba, Barijho aguantaba las pelotas y Franzoia las jugaba: River no terminaba de arrinconar a Huracán, que incluso pudo liquidarlo definitivamente cerca de los cuarenta, tras una interesante “palomita” del “Chipi” (o "Mono", como le gusta que le digan al delantero en el Globo). Finalmente el partido acabo esfumándose poco a poco, y tras varios minutos (¡se jugó hasta los cincuenta y dos!), en medio de un juego entrecortado por la falta de balones y la mala conducta de los hinchas de River que sistemáticamente fueron robando cada uno de los balones que cayeron en su tribuna.

Pero nada de eso importó, Huracán ya estaba demasiado aferrado a la victoria, y los tres puntos en marcha hacia Parque Patricios.



Si bien es cierto que al incluir River suplentes todos creíamos en poder conseguir estos tres puntos, no lo es menos que la obtención efectiva de ellos era dificilísima, como todo en este torneo. Ahora, con el sabor de la victoria, el objetivo parece cercano: estamos a dos puntos de los veinticinco, con nueve en juego. Será cuestión de seguir por este rumbo, atravesando la zona más peligrosa del campeonato, a la que más miedo le teníamos, pero que, hasta ahora, nos ha otorgado cuatro de los seis puntos en juego. La cosecha es buena, pero puede ser mejor: todavía falta mucho para las vacaciones.


Donde pone el ojo...

El árbitro Jorge Baliño tuvo una actuación poco convincente. Durante todo el partido sus fallos provocaron los reclamos de los jugadores de ambos equipos.

Sin duda alguna la jugada más polémica la protagonizó cuando el delantero Damián Lizio quedó mano a mano con Walter Gómez, lo encaró y cuando entraba al área fue derribado por el defensor. Para quienes estábamos "en línea" con la jugada nos pareció un claro penal que de yapa debía terminar con expulsión del defensor. Sin embargo (y por suerte) el juez cobró falta en el borde del área y amonestación para el "Cafú" quemero.


Nos quedamos con la "Copa Amistad"
Anoche, en el partido frente a River Plate, estuvo en juego la Copa Amistad, que quedó para las vitrinas quemeras luego del importantísimo triunfo por 2 a 1.



Un abrazo entre dos campeones del 78

Cuando ambos equipos pisaron el césped del Diego Armando Maradona, los directores técnicos Osvaldo Ardiles y Daniel Passarella se fundieron en un emotivo abrazo cerca de los bancos de suplentes. Es que el "Pitón" y el "Kaiser" integraron el plantel de la Selección nacional campeona del mundo en el 78 y también en la que participó en el Mundial de España 82, ambas conducidas por César Luís Menotti.
El Tomás Adolfo Ducó
El presidente Carlos Babington expresó que "La próxima semana harán un estudio de carga, que se hace para ver cómo están los cimientos. Un grupo de ingenieros ya estuvo mirando y no habría problemas, pero esto lo hace el gobierno de la ciudad. Si las cosas salen bien, los problemas serían menores. Habría que tapar hierros que están a la vista y las filtraciones. En la segunda fecha del clausura lo tendríamos listo".
Anoche, antes del partido, se pusieron a la venta unos bonos de $ 10 para financiar parte de los arreglos que se están haciendo en el Tomás Adolfo Ducó.

No concentraron pero igual rindieron
Huracán les debe a los jugadores la mitad del sueldo de septiembre, octubre, dos medios aguinaldos y a los jugadores que están en el club desde la temporada pasada les adeudan un par de cuotas del premio por haber logrado el ascenso. Además, el plantel reclama el pago de los premios por los puntos obtenidos hasta el momento en el Apertura.
El viernes hubo una charla entre Carlos Babington y los referentes en donde el presidente prometió que en cuanto consiguiera los fondos haría efectivo el pago. Sin embargo, minutos después hubo una votación interna en el seno del plantel donde por mayoría decidieron que no concentrarían y se juntarían el mismo sábado al mediodía en el Tomás Ducó para almorzar, descansar por la tarde y luego partir al estadio de Argentinos Juniors.



1 comentario:

Anónimo dijo...

QUE PASA CON LA MAQUINA 96 CAMPEON INVICTO LIGA METROPOLITANA. PREGUNTO NO JUEGA CON LA CAMISETA DE HURACAN!!!!!!!!!!!!!!!!! DA BRONCA MUCHA BRONCA NO VER NADA EN ESTA PAGINA SOBRE LA 96 FOTOS,ESTADISTICAS,GOLEADORES,ALGO.SINO ESTAN CAPASITADOS PARA HACER LA PAGINA NO LA HAGAN DEJEN A OTRO QUE SE OCUPE DE TODOS Y NO DE ALGUNOS. FELICITACIONES A TODOS LOS CHICOS CAMPEONES DE TODAS LAS CATEGORIAS CANCHA DE 11, F.A.F.I. A Y B, F.E.F.I. Y EN ESPECIAL A LA OLVIDADA CAT.96 METROPOLITANA SALUD CAMPEONES. Y A VOS QUE HACES LA PAGINA PONETE LAS PILAS QUE ESTAS MUY LINDA.
VAMOSSS HUUURRRRAAAACCCCAAAANNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN