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25 septiembre 2007

No la meto y lo lamento

El Globo fue un torbellino que cargó más de lo que jugó y sufrió todo lo que no supo definir. Y se quedó en la puerta del triunfo, a pesar de sus dos goles.


Fuente:


LUIS CALVANO

Ni había pasado medio minuto y en las venas de los hinchas de Huracán la sangre comenzaba a helarse. Por primera vez (y no por última), el equipo quedaba muy mal parado de mitad de cancha hacia atrás, en su franja izquierda, y lo sufría. Podría ser casual mencionar que cuatro minutos y medio después, por ese mismo sector, Colón construía su primer gol, de Sebastián Romero, el que lo ponía en ventaja; o que ya en el segundo tiempo, a los 33'', Enría encaraba solo y pícaro él, tosco Cellay, los santafesinos disponían de un penal para el 2-2. Podría ser casual, pero no: definitivamente fue causal. Y si en el medio de eso, el Globo fue un equipo que empujó, que tiró sus tripas arriba de la cancha y que logró un empate y un segundo gol trabajoso, que pudieron ser suficientes para ganar un partido ganable pero al cabo resultaron insuficientes, vale la pregunta: ¿qué le pasó a Huracán?

Sencillamente, que además de los descuidos defensivos tácticos e individuales, no tuvo contundencia. Hizo dos goles, pudieron alcanzar de haberlos defendidos mejor, pero falló tantos que semejante impericia lo condena y lo pone en posición figurada de haber "perdido", dado que los merecimientos no suman de a tres. Con su ganas, generó una decena de jugadas de gol que sus puntas, en especial, desperdiciaron, aunque ellos, Mendoza y Nieto, fueron los autores de los dos goles. Eso tampoco es casual: el adagio futbolero dice que el real problema de un delantero no es errar un gol sino ni siquiera tener una chance. Bueno, tuvieron varias... El tema es que Huracán no está para descorchar champagne.

Ante un Colón abierto, pero tibio, que se plantó al ritmo de Grisales (si el colombiano se inspira, el equipo brilla; si se apaga, con él se oscurece todo) y que fue timorato atrás, el Globo fue para adelante y sudó un desarrollo con un fútbol esquivo salvo cuando la pelota pasó por los pies de Sánchez Prette. En él encontró luz por sobre las sombras del resto, a pesar de que más de una vez el talentoso volante intentó cosas casi sentenciadas al fracaso desde antes de empezar, como pretender pasar entre tres rivales al mismo tiempo, cosa que rara vez consigue hacer, o sacar un remate desde lejos hacia la nada. De todas maneras, es puro fútbol y, quizá, con un poco más de compañía sería otra cosa.

De la gelidez inicial la sangre se puso a punto de hervor con un par de fallos arbitrales que disgustaron a los hinchas. Sin embargo, ni en el juez ni siquiera en la mala suerte de una noche salada, están las razones por las que Huracán se quedó semivacío. Es absolutamente responsable de lo hecho y de lo no hecho. El lamento está en casa.

Cuando Mendoza moja Huracán no pierde

El goleador del Globo convirtió ayer su cuarto tanto en el Apertura con la curiosidad de que siempre que Franco facturó, su equipo sumó. Mendoza se anotó en el marcador del 1-1 con Lanús (2), el 1-0 a Central (4), el 3-2 a Argentinos (5) y en el empate 2-2 de ayer.

Astrada se fue contento con el punto

El DT de Colón se mostró conforme: "El empate en esta cancha nos sirve bastante, es importante. Y me voy feliz sobre todo por la actitud que mostró Colón, yendo al ataque desde un comienzo", comentó el Negro una vez terminado el partido.

Claves
Poca puntería. Pese a los dos goles
Pese a que no jugó en un gran nivel, Huracán generó chances de gol. Pero falló mucho y lo lamentó.

Debilidad defensiva. La franja izquierda
Del medio hacia atrás, el Globo tuvo distracciones que pagó: una fue gol; la otra, penal. O sea, el 2-2.

Austero y preciso. Colón hizo lo suyo
El Sabalero no lució pero supo ser certero en las ocasiones de gol que tuvo y se llevó un valioso empate

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