Se sacó el lastre

El Globo levantó vuelo en Rosario y, luego de tres empates, ganó el primer partido desde su vuelta a la A. ¿Central? Poco juego, pocos puntos y gran preocupación.

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VANESA MITELBERG

Ya se tornaba un poco angustiante para Huracán esto de empatar y empatar. Una cosa es que todos tengan claro de la importancia de sumar, pero siempre de a uno es un negocio que podía empezar a no cerrar. Pero el Globo vuela. Se sacó el lastre de estos tres partidos igualados y tomó impulso en un cielo, a priori, difícil: el rosarino. Sin ir más lejos: en los últimos 25 años, Huracán sólo había ganado dos veces en Arroyito. Pero el pasado quedó pisoteado por un triunfazo del equipo de Mohamed. Lucido y también sufrido, pero gozado, en definitiva. Y contra un Central que viene en picada descendente, que arrancó insinuando lo mejor con aquel empate en la Bombonera, pero que de a poco va perdiendo fuerzas. Y puntos, como los tres de ayer, que eran casi una obligación para los Canallas. Pero, justamente, cuando la obligación está de su lado, el traje pesa mucho...

Quizá por eso no sorprendió que la iniciativa estuviera más en la mente de Huracán que en la de Central. Presión en todos los sectores, un arquero sólido y una defensa firme y un vértigo de mitad de cancha en adelante que le permitieron generar (y errar) muchos goles, hasta que Sánchez Prette puso la pelota justa y Mendoza definió con serenidad y calidad. Así el Globo sacó ventaja ante un rival apocado, sin volumen de juego, que se complicaba la vida solo de mitad de cancha hacia atrás. Y que recién pudo asomar la cabeza cuando Huracán empezó a esconderla.

Tal vez la falta de piernas producto del desgaste del primer tiempo o, simplemente, una estrategia para que el laburo sucio lo hiciera el equipo de Ischia, el Globo cedió terreno y pelota. Pero cometió un error: no supo lastimar de contra. Por eso dejó la sensación de quedar, por momentos, acorralado —influyó mucho la tonta expulsión de Sánchez Prette, quien hasta ese momento era el mejor de la cancha— y ahí creció la figura de Barovero, quien sacó un par de pelotas importantes (una clave sobre el final) y fue inquebrantable en cada centro que llovió sobre su área.

Sin ideas y con pocos puntos en el bolsillo, Central terminó preocupado. Fueron ganas y poco más en un equipo que, si no encuentra el rumbo, pronto comenzará a mirar el promedio. Y Huracán, que de antemano sabe que esa tabla es a la que más atención le tiene que prestar, siente que este triunfo le da aire: seis puntos de 12. Y envión para recibir a Argentinos y visitar a Boca, reeditando un viejo clásico del fútbol argentino. Y renovando la ilusión. Por qué no soñar, si en el fútbol actual todo es posible...

ROSARIO (CORRESPONSAL).

El Sifón estuvo en Rosario

Ubeda, quien fue expulsado ante Tigre, ya cumplió su sanción (no podrá ser capitán por un mes) y volverá ante Argentinos. Igual, el defensor ayer estuvo en la Rosario acompañando a sus compañeros.

En Central debutó el colombiano Arzuaga

El delantero había jugado su último partido para Godoy Cruz, por la Promo perdida contra Huracán (hizo un gol). La gente de Central lo incorporó sin saber que había sido informado, y por eso recién debutó, discretamente, ayer. No tuvo chances de gol pero será importante.

En la Reserva sí ganó el Canalla

Ganó Central por las buenas artes de Gonzalo Castillejo, que metió el gol tras un centro desde la derecha y supo jugar con oficio: aguantó la bocha, se ubicó bien, buscó por todo el frente de ataque. Partido chato, de ésos en los que gana "el que hace el gol". Lo hizo Castillejo.