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10 junio 2007

Tener a Milano es tener “ventaja deportiva”

Fuente
Semanario Quemero






Nuevamente mediante una obra magistral de Milano, Huracán encontró el arma para quedarse con la victoria pero no para abrir el planteo cerrado que ejecutaron los sanjuaninos, cuyo objetivo fue evitar la visita de riesgo a Parque Patricios con un juego muy entrecortado.El hecho de que ninguno de los dos haya “mostrado las cartas” preanuncia un segundo partido emocionante, donde Huracán deberá explotar su gran potencial ofensivo y su capacidad de juego asociado, dejando al costado una diferencia conseguida que de ningún modo es determinante, ya que solo nos beneficiaría en caso de un empate. Que corra la noticia por todos lados: el sexto grande esta a noventa minutos de casa.

Siempre es difícil comentar series definitorias, pero mucho más las de este tipo (compuestas por dos partidos “chicos”) porque inevitablemente todo lo que se pueda decir queda supeditado y condicionado por lo que vaya a suceder en el segundo encuentro del que saldrá el que tenga el privilegio de llegar a la máxima categoría. Es que por lo general el segundo partido no se parece en nada al primero.

A pesar de ese condicionante, vale la pena el análisis. Si hablamos de la visita hay que decir que San Martín no salió a jugar “una final”, sino más bien a tratar de pasar por alto el partido en el Tomás Adolfo Ducó. Para lograr ese objetivo amontonó muchísima gente atrás, no proyectó a sus volantes y, sobre todo, apeló sistemáticamente a las infracciones. En referencia a esto hay que decir que Huracán no pudo hacer pesar del todo su localía porque, además de jugar con la Miravé vacía, padeció un tipo de arbitraje funcional a la visita: Beligoy jamás se comprometió con el partido, aceptó que los sanjuaninos acomodaran una y mil veces la pelota antes de ponerla en juego y, lo más exasperante, permitió excesivamente el juego brusco. De este modo la visita no encontró límites para imponer su sistema (descontamos que con Giménez impartiendo justicia las cosas serán diferentes).

En ese contexto el Primer Tiempo que jugó Huracán fue bastante bueno. El equipo no salió desesperado a convertir, sino demostrando la tranquilidad para elaborar cada jugada, sin dejar de ser punzantes arriba. En este sentido lo mejor estuvo en los pies de Poggi, que dominó su andarivel con soltura, marcando y también encarando cuando el equipo no encontraba forma de profundizar sus ataques. Es que lo sanjuaninos no mostraron grandes capacidades defensivas pero si un gran numero de defensores siempre cercanos al área grande, quedando anulada la posibilidad de que el equipo ensayara sus tres jugadas clásicas: el pelotazo largo para que Larrivey la baje para la entrada de algún compañero o se las arregle solo para ponerse de cara al gol, la habilitación profunda a Milano a espaldas de los defensores o las paredes entre Sánchez Prette y Solana por derecha.

Así las cosas, Huracán se fue perdiendo en la rara neblina que invadió el Tomás Adolfo Ducó y no pudo hacer primar las individualidades y debió optar por el laborioso trabajo de equipo, con Larrivey como faro receptor de todos los pelotazos, de los cuáles el goleador bajo para sus compañeros casi todos. A partir de estas descargas, Huracán fue aumentando su volumen de juego con el correr de los minutos, y tuvo varias para ponerse en ventaja: una de Milano, escurriéndose por el sector izquierdo de la visita, algunos centros“atrás” de Poggi y también un remate suyo desde fuera del área grande que pegó en el travesaño, y alguna que otra en pies de Larrivey o Sánchez Prette. Coyette, en tanto, pidió la pelota siempre atrás de la mitad de la cancha, y si bien ensayó algunas buenas jugadas, se mostró bastante ajeno a la dinámica del equipo.

En cuanto al plano defensivo, no se tuvo mayores inconvenientes, porque, como dijimos, el equipo de Teté Quiroz salió a “jugar” su partido, y en el Primer Tiempo lo evidenciaron al no producir más de una o dos jugadas de relativo peligro. Sin embargo cuando Beligoy pitó el final de los primeros cuarenta y cinco, habían cumplido su objetivo primordial: irse al descanso cero a cero y apostar a que la presión de la gente marease a Huracán. En este aspecto los sanjuaninos no encontraron resultados, el equipo nunca se desesperó ni entró en el juego cortado y “hablado” que propuso la visita. Una actitud inteligente sostenida desde el banco por Mohamed y desde adentro de la cancha por otra genialidad de Milano, quien se encargó de poner en ventaja a Huracán a solo dos minutos de iniciado el ST, nuevamente con un tiro libre magistral: casi desde la misma posición que ante Aldosivi, y ejecutado por encima de la barrera al palo más lejano de un inmóvil Monasterio. Otro punto interesante para mirar hacia el futuro: el arquero sanjuanino tiene sus pergaminos, pero es claro que su baja estatura lo condiciona claramente al tener que salir a buscar los centros, apelando la mayoría de las veces al siempre peligroso recurso del “puñetazo”. Huracán debe ser inteligente y aprovechar mucho más las pelotas paradas, cosa que no hizo en todo el partido, más allá de la obra maestra firmada por Milano.

Ese gol, como todos suponíamos, tampoco sirvió para sacar a la visita del fondo: el equipo de “Teté” Quiroz siguió siendo conformista, a pesar de estar en desventaja. Frente a eso “El Turco” Mohamed mandó a sus jugadores a buscar el segundo tanto, tal y como lo pedía cada uno de los 25.000 “quemeros” que coparon el Palacio, pero el equipo empezó a mostrar cierta falta de claridad para elaborar jugadas de peligro, más halla del lógico envión después del primer gol. Debemos hablar, en este caso, de un Larrivey escasamente asistido, de un Coyette que se fue apagando conforme corrían los minutos yde que ni Barrientos ni Sánchez Prette decidieron arriesgar en demasía en ningún momento del complemento. En tanto que Kato, ingresado por el mediocampista cordobés, no logró agitar las aguas arriba aún cuando desde el banco se había decidido quemar las naves en pos de aumentar la diferencia. Paradójicamente Huracán se fue quedando poco a poco después del gol, obviamente preso de querer defender la diferencia y de un San Martín cada vez más retrasado. La visita apeló continuamente al pelotazo frontal y al error ajeno, pero se encontró con una defensa férrea y concentrada cuyo símbolo, Claudio Úbeda, se encargó de anular al siempre peligroso Tonelotto. Si algo quedo en el haber fueron los fules: muchas veces innecesarios y sin sentido alguno.

En este marco Huracán tuvo alguna que otra (las más claras llegaban cuando algún pelotazo encontraba a Larrivey o a Milano mano a mano con algún defensor rival) y también San Martín, que casi se lleva la igualdad al final del encuentro, después de una serie de rebotes en la banda de Cristian Díaz. Pocas situaciones y un Segundo Tiempo que dejó en claro la paridad entre los equipos y lo que decíamos al inicio: los equipos saben que la definición se juega en San Juan y salieron mucho más a “estudiarse” y a medir fuerzas que a jugar el partido.

En teoría, más allá de la exigua diferencia obtenida en el Ducó, el partido en San Juan debería ser favorable al juego del Globo, cuyo estilo de no saber especular lo pone siempre en actitud ofensiva en cualquier cancha y ante cualquier rival. Y como todos sabemos, el resultado positivo obtenido en el Ducó le mete presión a los sanjuaninos que tienen la obligación de salir a ganar. Con este planteo, los locales deberán dejar de lado la especulación y salir a buscar el partido, lo que podrá abrir espacios para el contragolpe quemero.En este sentido, la clave estará en el temple que muestre el equipo en defensa y la fineza a la hora de enfrentar las jugadas favorables que se presenten.

Solo siete días nos separan de la gran final y a esta altura la alegría se mezcla con la impaciencia y la ansiedad de saber que estamos a solo noventa minutos de un momento histórico, justo ahora, de cara a los 100 años de la Institución.

Está claro que la serie esta abierta y que pudo haberse logrado un margen mayor, pero lo que cuesta vale, y esta victoria costó muchísimo. La confianza en este equipo es plena y creo que si Mohamed empuja a sus dirigidos a salir a ganar en San Juan conseguiremos lo que tanto buscamos. Y si el “Turco” decide mantener su postura de no continuar en el Globo, esperamos de todo corazón que su despedida del Ducó haya sido solo por un rato. Parque Patricios es su casa, en la que esperamos volver a verlo muy pronto.

Síntesis:

HURACAN: 1 Leonardo Díaz; Christian Cellay, Claudio Úbeda, Cristian Díaz; Gerardo Solana, Hugo Barrientos, Federico Poggi; Cristian Sánchez Prette (73´ Yukuse Kato), Walter Coyette (79´ Paolo Goltz); Mauro Milano (87´ Raúl Gordillo) y Joaquín Larrivey. DT: Antonio Ricardo Mohamed.
Suplentes: Elías Gómez y Héctor Núñez.

SAN MARTÍN DE SAN JUAN: 0 Cesar Monasterio; Sergio Plaza, Sebastián Brusco, Ariel Agüero; Alejandro Gómez, Mario Pacheco, Félix Décima, Facundo Torres; Gabriel Roth (65´ Matías Pérez García); Luis Tonelotto (90´ Marcelo Laciar) y Nicolás Herrera (77´ Lisandro Sacripanti). DT: Fernando "Teté" Quiroz.
Suplentes: Alejandro Botero y Fernando Merlo.

Goles: ST: 3´ Mauro Milano (H).
Amonestados: En Huracán: Gerardo Solana y Joaquín Larrivey. En San Martín de San Juan: Sergio Plaza, Alejandro Gómez y Ariel Agüero.
Arbitro: Federico Beligoy (bien).
Asistentes: Gustavo Esquivel y Adrián Galante.
Estadio: Tomás Adolfo Ducó.
Público: 25.000 quemeros y 2000 sanjuaninos


Comentario:JM * Síntesis: SQ * Fotos: Gentileza Fotobaires

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