Con un arquero que alternó una muy mala con un partidazo, una defensa que sacó todo lo que pudo, un primer tiempo muy bueno ofensivamente, y la misma garra que ante Unión, el Globo rescató 3 puntos de oro en Córdoba. No sirven para pelear el campeonato (¡¡Gracias Chiche!!), pero sí para ganar confianza y, sobre todo, empezar a recuperar respeto.
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Semanario Quemero
¡¡Que noche la de anoche!! ¡¡Cómo se sufrió!! Y sí, Huracán, como siempre… Pero que lindo también. Que lindo, y que revancha, ganar en Córdoba después de ser goleados en Bahía Blanca. Que lindo, que revancha, empezar a gritar goles y triunfos después de soportar nueve partidos con Sosa en el banco. Que lindo, y que revancha, arrancar con dos triunfazos complicadísimos, después de todo lo que vivió desde aquel penal que no convirtió Ayala en Alemania. Que lindo, y que poco.
Sí, porque es un triunfo muy bueno, sirve un montón, es un empujón anímico gigante, se festejó como si fuese el del campeonato, se peleó hasta el último minuto, y sin embargo deambulamos en la mitad de la tabla. Por eso decimos “y que poco”. Fue tan horrible la era Sosa, que lograr dos triunfos consecutivos parece un milagro. Obviamente, nada tiene que ver Mohamed en este “y que poco”. Más bien, él es el artífice del “que lindo”.
Sería injusto recaer sólo sobre Sosa a la hora de hablar de lo malo que fue lo anterior. Sin dudas, muchos jugadores levantaron el nivel de una manera mágica, y ahora son casi indiscutidos en el once titular. Por ejemplo, Cristian Díaz, que se parece mucho al que todos imaginábamos cuando llegó al club. O Gerardo Solana, que también está mucho más cerca de satisfacer al público quemero, que de aquel de los primeros partidos. Desde ya que también hay méritos del DT, por bancar a jugadores como Cellay, Sánchez Prette, Sosa, Larrivey, y Poggi, entre otros, que siempre que tuvieron continuidad, cumplieron.
Sin embargo, el caso más raro y enigmático, sin respuesta, sin resolución, y sin pistas por ahora, es el del arquero. Alterna buenas con malas. No se puede negar que hasta ahora, las cuatro victorias del Globo en el campeonato lo tuvieron como figura del equipo (ante Instituto, Rafaela, Unión y Talleres). Tampoco podemos olvidarnos que atajó dos penales claves. Pero, para equilibrar la balanza, hay que hacer memoria y contar cuantos goles ya regaló (un par a Tiro Federal, uno a la CAI, otro a Almagro, a Huracán de TA, ayer a Talleres…). La pregunta es: ¿llegó la hora de Monzón? ¿O le damos más tiempo a Díaz para que se consolide o se "desconsolide"? Desde acá, no tenemos ninguna respuesta.
El partido ante Talleres tuvo de todo: goce, sufrimiento, momentos de dominación, momentos de sometimiento, un Larrivey matador, otro que se perdió dos goles hechos, un Leo Díaz que no mostró seguridad, y otro Leo Díaz que sacó todo. Nos quedamos con lo del arquero del Globo, porque a los cinco minutos del primer tiempo salió mal a cortar un centro y fue anticipado dentro del área chica, lo que significó el 1 a 0 para el rival. Recién empezaba el partido y Huracán ya estaba en desventaja, recordando épocas no tan viejas. Sin embargo, el Globo reaccionó tan rápido, que enseguida se empezó a oler el empate. Con tres puntas bien definidos y un juego bien ofensivo, el Globo metió por 35 minutos a Talleres en su propio arco, lo que le sirvió para empatar el partido con dos goles de Larrivey. Y si el propio “Bati”, o Milano, hubiesen estado más finos a la hora de definir, la ventaja hubiese sido mayor. A partir de los últimos 5 minutos del primer tiempo, Leo Díaz se empezó a convertir en figura. Primero, porque Talleres empezó a dominar el juego, y segundo porque le atajó a Ceballos un penal sobre la hora.
Si hasta acá el título del programa era “Fútbol para Todos”, el segundo tiempo pasó a llamarse “El Aguante”. Huracán se retrasó, Talleres lo metió contra su propio arco, y tuvo más de 4 o 5 chances claras para empatar el partido. La mala definición de sus delanteros y la gran noche que estaba pasando (desde aquel error fatal) Leo Díaz, hicieron que el partido termine 2 a 1. También podría haber sido mayor la ventaja para el Globo, con una chance muy clara que desperdició Larrivey y un tiro de Baigorria desde 35 metros que pegó en el palo, cuando Diego Pozo había ido a cabecear al área quemera buscando el milagro.
Gran partido de la línea de fondo, desde los titulares Cellay, Úbeda y Díaz, hasta el ingresado Jofré. Buen partido de Sosa, que aprovechó la oportunidad que le dio Mohamed de ser titular. Partidazo de Poggi, que se cansó de ir y venir todo el partido. Buen partido también de Solana. Y una noche perfecta para Larrivey, que se anotó con dos goles y pudo haber marcado un par más.
Todos los aplausos para el equipo,y para su DT, que levantó lo “inlevantable” en muy poco tiempo y otra vez nos devuelve las ganas de soñar, aunque para el Clausura falte mucho y haya mil cosas que mejorar. Pero, mientras llega el próximo torneo y mientras se mejora, nada más sano que ganar los partidos “como sea”.
Sí, porque es un triunfo muy bueno, sirve un montón, es un empujón anímico gigante, se festejó como si fuese el del campeonato, se peleó hasta el último minuto, y sin embargo deambulamos en la mitad de la tabla. Por eso decimos “y que poco”. Fue tan horrible la era Sosa, que lograr dos triunfos consecutivos parece un milagro. Obviamente, nada tiene que ver Mohamed en este “y que poco”. Más bien, él es el artífice del “que lindo”.
Sería injusto recaer sólo sobre Sosa a la hora de hablar de lo malo que fue lo anterior. Sin dudas, muchos jugadores levantaron el nivel de una manera mágica, y ahora son casi indiscutidos en el once titular. Por ejemplo, Cristian Díaz, que se parece mucho al que todos imaginábamos cuando llegó al club. O Gerardo Solana, que también está mucho más cerca de satisfacer al público quemero, que de aquel de los primeros partidos. Desde ya que también hay méritos del DT, por bancar a jugadores como Cellay, Sánchez Prette, Sosa, Larrivey, y Poggi, entre otros, que siempre que tuvieron continuidad, cumplieron.
Sin embargo, el caso más raro y enigmático, sin respuesta, sin resolución, y sin pistas por ahora, es el del arquero. Alterna buenas con malas. No se puede negar que hasta ahora, las cuatro victorias del Globo en el campeonato lo tuvieron como figura del equipo (ante Instituto, Rafaela, Unión y Talleres). Tampoco podemos olvidarnos que atajó dos penales claves. Pero, para equilibrar la balanza, hay que hacer memoria y contar cuantos goles ya regaló (un par a Tiro Federal, uno a la CAI, otro a Almagro, a Huracán de TA, ayer a Talleres…). La pregunta es: ¿llegó la hora de Monzón? ¿O le damos más tiempo a Díaz para que se consolide o se "desconsolide"? Desde acá, no tenemos ninguna respuesta.
El partido ante Talleres tuvo de todo: goce, sufrimiento, momentos de dominación, momentos de sometimiento, un Larrivey matador, otro que se perdió dos goles hechos, un Leo Díaz que no mostró seguridad, y otro Leo Díaz que sacó todo. Nos quedamos con lo del arquero del Globo, porque a los cinco minutos del primer tiempo salió mal a cortar un centro y fue anticipado dentro del área chica, lo que significó el 1 a 0 para el rival. Recién empezaba el partido y Huracán ya estaba en desventaja, recordando épocas no tan viejas. Sin embargo, el Globo reaccionó tan rápido, que enseguida se empezó a oler el empate. Con tres puntas bien definidos y un juego bien ofensivo, el Globo metió por 35 minutos a Talleres en su propio arco, lo que le sirvió para empatar el partido con dos goles de Larrivey. Y si el propio “Bati”, o Milano, hubiesen estado más finos a la hora de definir, la ventaja hubiese sido mayor. A partir de los últimos 5 minutos del primer tiempo, Leo Díaz se empezó a convertir en figura. Primero, porque Talleres empezó a dominar el juego, y segundo porque le atajó a Ceballos un penal sobre la hora.
Si hasta acá el título del programa era “Fútbol para Todos”, el segundo tiempo pasó a llamarse “El Aguante”. Huracán se retrasó, Talleres lo metió contra su propio arco, y tuvo más de 4 o 5 chances claras para empatar el partido. La mala definición de sus delanteros y la gran noche que estaba pasando (desde aquel error fatal) Leo Díaz, hicieron que el partido termine 2 a 1. También podría haber sido mayor la ventaja para el Globo, con una chance muy clara que desperdició Larrivey y un tiro de Baigorria desde 35 metros que pegó en el palo, cuando Diego Pozo había ido a cabecear al área quemera buscando el milagro.
Gran partido de la línea de fondo, desde los titulares Cellay, Úbeda y Díaz, hasta el ingresado Jofré. Buen partido de Sosa, que aprovechó la oportunidad que le dio Mohamed de ser titular. Partidazo de Poggi, que se cansó de ir y venir todo el partido. Buen partido también de Solana. Y una noche perfecta para Larrivey, que se anotó con dos goles y pudo haber marcado un par más.
Todos los aplausos para el equipo,y para su DT, que levantó lo “inlevantable” en muy poco tiempo y otra vez nos devuelve las ganas de soñar, aunque para el Clausura falte mucho y haya mil cosas que mejorar. Pero, mientras llega el próximo torneo y mientras se mejora, nada más sano que ganar los partidos “como sea”.
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