Son de Primera

Las hinchadas sacaron a relucir su historia grande y armaron una fiesta hot. Aliento de máxima categoría.

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SEBASTIAN OJEDA Y CRISTIAN DEFEO

Bombos y platillos marcando el compás, trapos gigantes como techos para tanta pasión, fuegos artificiales en la bienvenida al local, sacá la matraca que se armó el carnaval. Huracán y Argentinos jugaron una finalísima en un marco espectacular, con 26.000 personas recalentando el Palacio Ducó. De Primera.

Si hasta el clima ayudó. Los hinchas de Huracán bien pueden dar fe del frío que hizo el martes de la semana pasada, en el partido de ida ante Chacarita. Anoche, hasta el viento se entusiasmó con este duelo de alta categoría y se quedó piola, como para que la multitud calentara las gargantas. Entonces fue fiesta grande, con 19.000 anfitriones y 7.000 visitantes, con chicanas lógicas, y un despliegue escénico memorable. Ganen o pierdan la Promoción recordarán la noche en que Parque Patricios se vistió de rojo y blanco para darle rienda suelta al sueño de estar en la A. Por eso, los dueños del Ducó se armaron como para la guerra: la pirotecnia acompañó la salida del equipo y desde las afueras del estadio se iluminó el cielo con fuegos de artificio. Como toda obra, tuvo su telón, largo como toda la tribuna en este caso, bajado por la hinchada de Huracán. La respuesta no tardó en llegar: la gente de Argentinos también llevó su trapo gigante y lo lució en pleno primer tiempo. Y pese a que desde dentro del campo de juego no aportaron mucho calor, la máxima muestra de primer nivel se vio durante el entretiempo: las dos hinchadas cantaron como si sus equipos se estuvieran consagrando campeones, con los trapos luciéndose otra vez. Promoción hot. Al menos afuera.