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01 junio 2006

¿Quién se anima?

Huracán y Argentinos prefirieron casi no asumir riesgos. Salvo en el comienzo intenso, los dos se cuidaron demasiado y patearon la definición para el domingo.

Fuente:

MARTIN BRAVO

Salió Huracán a la cancha y se armó una verdadera celebración, una exteriorización de energía, un griterío infernal acompañado por la bandera gigante, promotoras meneando sombrillas y fuegos artificiales, que a cada explosión retroalimentaban el entusiasmo. Empezó el partido y al minuto de juego la pelota le quedó picando a Alvarez, sin marca, en el área chica, aunque el derechazo pifiado y a cualquier parte cortó lo que hubiese sido un comienzo espléndido...

Los hinchas de Argentinos se acomodaron tarde, con la pelota ya en juego, y también desplegaron una bandera inmensa. El momento coincidió con la mejor etapa del equipo en todo el partido, porque salió de ese primer acoso de Huracán y logró manejar la pelota, hacer sentir una diferencia de categoría. El gol de Ledesma, e incluso la suerte que lo posibilitó, hicieron que todo el bullicio pasara al otro lado y que apareciera la sensación de permanecer en Primera. A los dos minutos, Pontiroli falló en la salida y el empate de Coyette volvió las cosas a como estaban en el inicio, una incertidumbre compartida por los dos...

Tal vez esa incertidumbre y esos pasos en falso, las dos cachetadas inesperadas, generaron que el partido a partir de ahí resultara no más que una serie de insinuaciones, una suma de intentos livianitos, sin peso concreto, mucho menos jugados y riesgosos. Ninguno encontró el modo de imponerse, de superar al rival, aunque tampoco sintió la necesidad de buscarlo en forma decidida, o de variar la estructura inicial para forzarlo. Con Coyette intermitente, Alvarez negado desde aquella primera jugada y los volantes por afuera (Ciavarelli y Poggi) imprecisos, a Huracán le costó hacerse fuerte en el medio y terminó con pelotazos para llegar más directo —aunque sin éxito— a Larrivey. A Argentinos, los embates —casi siempre individuales— de Gianni apenas lo sacaron de una monotonía que lo dejó en una actitud demasiado inofensiva. El ingreso de Martínez —el único cambio de Domenech— le dio algo de movilidad en el ataque, en los últimos 10 minutos... Mohamed dispuso de las tres variantes, aunque todas puesto por puesto. Tenía la necesidad de ir por más, porque a igualdad de puntos se quedará en la B Nacional, pero no le dio para arriesgar más. A Argentinos tampoco, aunque la delgada línea de un gol implicará también un riesgo. ¿Quién se animará a más?

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