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17 mayo 2006

El éxtasis en 4 minutos

Fuente: Diario Cuyo



No hay caso, este San Martín es un nacido para sufrir. Lo de ayer en Concepción fue otra muestra. Lo bueno de todo es que sigue vivito y coleando, como dijeran nuestros antecesores. Con los sueños intactos. Con la moral agigantada por el frenesí de su juego. Ayer no jugó bien gran parte del partido. Fue un puñado de nervios que buscó, buscó y buscó igualar ese gol con el que el práctico Huracán se había ido al descanso. Y, como ya iba más de la mitad del complemento, hasta a los propios hinchas se les pasó por la cabeza que era un sueño utópico. Pero de pronto el Verdinegro se iluminó y en un lapso tan pequeño como inolvidable (de los 28' a los 32') -que ni siquiera dio para que para el festejo ensordecedor tuviera un respiro- le dio vuelta la cabeza al Globito. Le metió tres pepas y lo dejó atontado. Encima fueron tres golazos. De esos que tienen que haber dejado admirado a todo el país porque el partido iba en directo por TV. Era el cielo. La gloria. Pero tanto esfuerzo llevó a que las piernas no respondieran y, aún más, las mentes no tuviesen ese congelador indispensable en esos momentos. Y le pasó lo mismo que tres días atrás en Florencio Varela. Le hicieron un gol (el segundo de Huracán) en el cuarto minuto de descuento (al árbitro Toia había dado 3' pero increíblemente dejó que el reloj pasara hasta el cuarto y con la visita atacando) y el tablero se cerró en un 3-2 en favor del local. Si uno piensa en la revancha, más aún con ventaja deportiva para el Globito, ese tanto preocupa. Pero claro, nadie puede quitarle el gusto a jugadores e hinchas de una victoria inolvidable. Que se dio con alma, corazón y esfuerzo...

Partido chivo el de ayer en Concepción. Con un grande como rival. Con un Huracán sabedor que en San Juan no iba a venir a copar la parada, pero, que a la vez, no tendría piedad en meter algún cuchillazo en el mínimo descuido del Verdinegro.

Y así fue nomás. Con la visita bien armado, prolijo y con mente fría. Y con el local dispuesto a atacar desde el principio para empezar a sacar ventaja. Hasta los 20', todo fue del equipo del Huevo. Inclusive, Nardi, Pacheco, Laciar y Abalos tuvieron su oportunidad para abrir el marcador. Pero, a San Martín le faltó punch. Le faltó esa estocada indispensable para demostrar en el marcador la supremacía que ejercía en las oportunidades.

Enfrente, Huracán fue todo lo contrario. Llegó sólo una vez y estampó el gol. Fue por la derecha, cuando la habilidad de Llano desequilibró y su centro encontró a Coyette para que fusilara a Monasterio.

Hubo una reacción del Verdinegro. Tanto, que Coyette sacó una pelota de la línea en su arco y Nardi se perdió otra. Se fueron al descanso. Huracán fue práctico. San Martín, falto de efectividad.

En el complemento el panorama no varió. Toresani le dio más poder a su ataque mandando a Piersimone (entró por Favre). Los minutos fueron pasando y las ilusiones se caían como papelitos. Pero llegaron esos 4 minutos benditos y... a otra cosa.

A los 28' le hicieron un foul a Laciar (el mejor de la cancha). Ejecutó Tosi y la pelota fue a parar a la cabeza de Plaza, que la mandó al fondo. Delirio. Sacó Huracán del medio, hubo un par de jugadas y otra vez se dio un tiro libre (también foul al Gino) en el mismo lugar que antes. Todos pensaron que Tosi metería el centro. La duda era saber a qué palo. Pero el inteligente del Petiso se mandó la suya y la clavó en el ángulo del primer palo. Delirio sobre delirio. Otra vez, tras el saque, dos jugaditas más y un pelotazo a Abalos por izquierda. Ya con el Globo nocaut. El Pelado se mandó una de película, dejando rivales en el camino y llegando al fondo para regalarle el gol al Gino Laciar, que hizo una pausa, y tocó con tranquilidad. Éxtasis, esta vez. Todo de San Martín.

Hasta que llegó ese cuarto minuto de descuento y ese segundo gol de Huracán (otra vez Coyette, pero de cabeza) para dejar demasiado cerrada la serie.

Igual, fue un partido raro. Y, como estaban las cosas faltando sólo 17' para el final, el que hizo negocio fue el Verdinegro. Por aquello de los 4' de éxtasis...

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