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Semanario Quemero
Final del Reducido: Definición
La primera final entre Huracán y Chacarita se jugará en el estadio Tomás Adolfo Ducó el Martes 23 a las 15 h y la revancha, el sábado 27 en cancha de Almagro, donde el equipo de San Martín juega como local.
Ante igualdad de puntos y diferencia de gol en la serie, Chacarita ganará el derecho de jugar la promoción por su mejor posición en la tabla general de la temporada.
El equipo que supere esta instancia deberá enfrentarse con "desventaja deportiva" a Argentinos Juniors los días miércoles 31 de Mayo y Domingo 4 de Junio.
En su mejor partido de la temporada, el mismo Huracán que el martes estaba para el KO, brindó una cátedra de buen fútbol y mucha actitud, y volvió a encender la ilusión de los quemeros. Ahora, el rival es Chacarita, que corre con ventaja deportiva.
Cómo cambian las cosas!!! En Huracán, de un día para el otro, dejás de ser héroe y sos villano. E inversamente, dejás de ser villano y sos héroe. ¿Alguien podría suponer que un equipo que escribió la peor campaña de Huracán en su historia se iría aplaudido por una multitud una semana después? Bueno, en Huracán pasa eso, y ojalá esos aplausos se repitan mucho más fuerte dentro de una semana.
El partido ante San Martín fue, sin lugar a dudas, el mejor partido de la temporada para el Globo. Mejor que los partidos en que los “pibes” defendían nuestra camiseta. Mejor que la victoria ante Ferro en Caballito. Mejor, incluso, que la goleada ante los sanjuaninos hace un par de partidos atrás. Mejor que nunca.
En todo momento, desde que empezó el partido hasta que terminó, y con la presión de saber que no había otra posibilidad que no fuera ganar, el Globo dominó a placer el partido, teniendo siempre la pelota, recuperándola en seguida cuando la perdía, y creando situaciones claras de gol una atrás de otra.
En el primer tiempo, hasta que Larrivey abrió el marcador, el Globo ya había justificado la ventaja que no llegaba, porque desde el comienzo había manejado el balón, se había plantado en el campo rival, y había demostrado que entendía la consigna: ganar o ganar. Y fue tan bueno lo que mostró el equipo en esos primeros minutos, que aunque el gol tardó 23 minutos en llegar, la gente nunca se desesperó, porque aunque se habían desperdiciado algunas chances, se sabía que en cualquier momento iba a entrar. Poggi estaba insoportable (para los defensores rivales) por izquierda, Ciavarelli complicaba por derecha, Larrivey y Álvarez tenían una presencia poco demostrada a lo largo de la temporada en el área rival (participando y mucho en el juego los dos), los encargados de recuperar la pelota no tardaban más que unos segundos en hacerlo, y Coyette, como si fuese el núcleo del equipo, hacía funcionar a todos coordinadamente.
No parecía Huracán, pero lo era. Toque por acá, toque por allá, desborde por un costado, por el otro costado, cambio de frente para aquí, otro para allá, tranquilidad para jugar y llegar al área rival, simpleza en el juego… Si Huracán hubiese jugado la mitad de lo que jugó hoy a lo largo del Clausura, seguramente estaríamos definiendo el segundo ascenso contra Nueva Chicago.
Cuando Larrivey abrió el marcador, todos suponíamos que ahora tocaba entregar la pelota, refugiarse atrás y empezar a revolearla. Nada de eso: Huracán siguió siendo Huracán, o mejor dicho, Huracán siguió siendo ese Huracán que fue esa tarde-noche.
En el segundo tiempo, más de lo mismo: más toques, más juego, más firmeza. Increíble como un equipo que a lo largo del año no encontró el rumbo, de repente estaba pasando por encima a un rival más que complicado, y con la presión de saber que el más mínimo error le podía costar la clasificación.
Si hablamos de lo bien que jugó Huracán, debemos escribir unas líneas especialmente para el encargado de manejar al equipo. Todos jugaron bien, ninguno jugó menos de 7 puntos, pero lo de Coyette fue para un “10+”. Hizo todo bien. Simplemente eso. No se equivocó casi nunca, fue el distribuidor de la pelota y del fútbol, y se ganó una merecidísima ovación cuando fue reemplazado. Ni siquiera dejó huellas de su lesión, porque aguantó todo lo que jugó sin dar ventajas en ningún momento. Desde estas líneas nos cansamos de criticarlo durante muchos partidos: ahora llegó el momento de pedirle disculpas y de aceptar que, al final, sí está en condiciones de ser el enganche que Huracán necesita.
También levantaron mucho su nivel Larrivey (un gol y muchísima participación en el juego) y Ciavarelli (bien en ataque y defensa, sin errores groseros y con mucha precisión para jugar). Vigna es otro que tuvo un gran partido, pero ya no sorprende porque viene rindiendo desde que ocupa el lugar de Marini.
A seguir empujando quemeros, que todavía ahora se viene una final bravísima el próximo sábado, pero con un condimento que puede definir el sabor final este martes. Y si es por cábala, que en el banco siga Lema!!!
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21 mayo 2006
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Lucila Comeron
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